9.6.06

Cuestión de termostato

Hoy, con dos clases de spinning y una sesión de gimnasio en mi haber, decidí dejar en casa el sweater que suelo anudarme a la cintura para ocultar excesos y blanduras traseros. Seguramente, sin confesarlo, hoy me sentí más a gusto con mi cuerpo y caí en lo que yo llamo el "síndrome de la gorda adelgazada". Esa que baja un kilo y treinta gramos y, chocha con su vida, se encaja una minifalda o deja asomar un poquito del ombligo, por más que áun le queden unas cuantas decenas que descontar a la balanza.

Una prueba más de que, en la vida, lo único que nos hace sentir bien es el termostato interno de la realidad.

2 comentarios:

Vico dijo...

Y nena, nadie mejor que uno pa saber no?
Seguí dándole a la cuestión esa que vas a quedar 100% de fábrica. jeje
Besos!

Vico dijo...

ah me olvidé, que nice te está quedando el blog!!