Abro los ojos. Son las ocho y media, según mi reloj. Aprieto los párpados para volver a verte, pero ya no estás. Lo has hecho nuevamente, vaya empeño. Me encanta que me visites entre los vapores del reposo, con tu sonrisa de entonces y tu frescura intacta. Lástima que huyas con el despertador y se rompa el hechizo que me aprieta en tus brazos. ¡Cuánto te extraño!
Me consuelo sabiendo me habitas por dentro, en las miles de gotas de sangre que llevan tu sello y que, cuando menos lo espero, desfilan traviesas ante los ojos de mi ensueño.
12 comentarios:
Amo el instante en que los ojos se despertaron, pero se quedan escondidos bajo las párpados para inventarse "su" realidad.
Uno sabe que hay que dar la cara, pero que gusto seguir con quien, o en donde quieres un ratito mas.
Un beso
¡Qué bien volver a verte por aquí! Encantada de leerte de nuevo. Sigues teniendo magia en tus palabras.
Un abrazo
Ensoñaciones cotidianas...
¿Estoy soñando, o acaso es cierto que has regresado, como dice Elena, con tu magia?
Nos vemos!
Me ha pasado algunas veces que el despertador interrumpa un viaje, o un reencuentro, o un beso.
Esos no son sueños, son la realidad que quiseramos que se manifestase.
tu texto me inquieta.
Suelo tener ese tipo de sueños en donde "ellos o los otros" suelesn estar conmigo-en mi, y cada vez que despierto siento la misma sensación que te embargó a tí. A veces de orfandad, a veces de dolor por la ausencia.
(Ando haciendo un curso de Trados, me has dado en el blanco)
Qué lindo, da gusto leerlo.
uff...odio el despertador...
lindo post Laurita...abrazo
hermoso y nostálgico, como el otoño que cumple su trabajo.
Laura, me encanta "tu" libro. Lee en mi blog. ¿ok? (hice el post en castellano)
ya hablaremos, ando liada.
Besazo.
te ha mirado una estrella azul?
Hermoso texto. Adoro ese instante que separa el sueño de la vigilia, y que siempre queremos retener. Contiene los flashes mas profundos.
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