29.6.07

Entre dos fuegos


El resultado del partido me da lo mismo. Argentina contra Estados Unidos. Yo nací en Estados Unidos y mi papá también y también mi abuelito, al que adoro con mi toda mi alma. Supongo que Andrew, Michael y Tommy estarán frente al televisor hinchando por Estados Unidos. Eran mis amigos del jardín de infantes. Unos pibes macanudos, como dirían mis amigos de aquí.

Y cuando digo aquí, me refiero a Argentina, el país donde vivo ahora y donde juego al fútbol y me divierto un montón con los chicos de la escuela. Dale campeón, dice Juan, mi mejor amigo. Y yo lo imito - ¡dale campeón! ¡dale campeón! - porque Argentina tiene el mejor equipo del mundo. Estados Unidos no tiene muy buen equipo, pero quizás ganen. Ojalá. Mi papá se pondría tan contento. Mis amigos de allá también. Messi es un fenómeno. Me encantaría ser como él y jugar en la selección. Gol de Estados Unidos. Tengo ganas de reírme. ¡Golazo de Argentina! Otra vez quiero reír. Me abrazo a mi mamá y festejamos juntos.

Los jugadores de Estados Unidos parecen un poco cansados. Y yo también me estoy cansando. Jugar para dos bandos es agotador. ¡Qué sueño! Mejor me voy a dormir. Mañana me cuentan el resultado...

20.6.07

BARCELONA, LA CAUTIVANTE


Estuve en Barcelona, donde vive mi querido hermano y me esperan amigos entrañables.
Estuve en Barcelona, donde el mar es sereno y las montañas vigilantes, y el metro avanza junto a la puesta de sol, los barcos pesqueros y el crucero cinco estrellas.
Estuve en Barcelona, donde todos hablan como las abuelas y las bisabuelas de mi tierra. Las zetas marcadas, las jotas bien duras. La señora del pueblo y su bolsa de almacén.
Estuve en Barcelona, y aprendí que la gente no ofrece su fibra de inmediato, pero basta tirar del hilo para desenrollar una madeja infinita. Infinitamente sólida.
Estuve en Barcelona, y me pareció circular y colorida. Muros góticos suavizados por las geniales redondeces de Gaudí. Historias visigodas y romanas ataviadas con el garabato surrealista de Miró. Gran visión. Férrea tradición. Progreso de remolino, que se apacigua blandamente junto al mar.
Barcelona es España. Y es un poco Francia. Y es Cataluña. Y son sus catalanes, que son españoles y que no lo son. Extraño conflicto de identidades con una inconfundible identidad.

Estuve en Barcelona y me pareció un sueño. Un sueño del que aún me cuesta despertar.