7.11.07

¡BIENVENIDOS!


Pase, señora, encantada.
Ella es libanesa, suegra de mi amiga mejicana. Recién llegada a los Estados Unidos para pasar las fiestas de fin de año junto a su hijo, Muhab. Dama de presencia algo imponente, gracias a varias decenas de kilitos de más.

Lajabá ja li já jija jabalá, me dice en un idioma que parece no tener otra letra más que la jota, la ele y la a con tilde agudo. JALALÁ
No habla palabra de inglés, menos de español, pero estamos muy contentos de que venga a nuestra casa a celebrar el fin de año. Es un honor tenerla. Y es un orgullo inconfesado aportar tanta internacionalidad a nuestra mesa, nuestros hijos y, por qué no, a nuestro perro Macchi, integrante dilecto de la familia, dulce fruto de la madre perra que me concedió el privilegio de hacerlo mi hijo canino, mi sol de pelusa, el ocupante de nuestro lecho conyugal hasta que vinieron los niños.

Nuestra familia está contenta y lo expresa prodigando besos y atenciones a la recién llegada. Macchi también. Él lo demuestra a su manera, claro está. Le lame los pies, le lame las piernas y se le instala fielmente junto a los talones bajo la mesa, seguramente esperando el bocado furtivo que casi siempre recibe de nuestros invitados.
Ja ajá bi ja la lá bi ja ji la lá, comenta la señora a su hijo, que por fuerza ha de oficiar de intérprete durante toda la velada.
—¿Qué es lo que ha dicho tu madre, Muhab?
—Nada, hablábamos del perrito, que se le está acercando.
—Es que Macchi es un cariñoso total. Le encanta la gente. Se cree que las visitas vienen a verlo a él. ¡Tan cómico este pichicho! Se llama Macchi por el macchiatto, café cortado en italiano. ¡Ja ja!

Entre risitas traviesas, hago una pausa para que Muhab cumpla con su labor de traducción.
Pero Muhab se mantiene callado, la dama continúa con el libi labijá en monólogo de fondo, y yo, perturbada ante la incomunicación, sigo contando que “Macchi siempre ha sido un perro bonachón, quizás porque fue nuestro primer hijo y recibió toda la atención. ¡Si por poco lo llevábamos en carrito de bebé cuando era cachorro! Macchi comparte con nosotros vacaciones, salidas, baños de piscina, y hasta la cama los domingos por la mañana. ¡Ni que hablar de su trato con los nenes! Es genial. Apenas escucha que se despiertan, corre a su cuarto y los llena de lengüetazos en la cara. Son como hermanitos. Tu hermano perro, les digo a los niños cuando les hablo de Macchi”.

Muhab se mantiene mudo. No traduce ni un punto ni una coma de mi tierno discurso.
La señora aumenta el volumen del jabi jabi y yo no soporto más la situación.
—¿Muhab, por qué no le traduces a tu madre lo que decimos?
—Porque en el mundo árabe los perros son poco menos que ratas. Si un musulmán toca la saliva de un perro, debe lavarse las manos siete veces.

¡Glup!

(¿Qué sensación producirá el beso de Año Nuevo de una peluda "hermana" rata malcriada con ajuar de bebé?)

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Me estoy muriendo de la risa,que bueno,que bueno.
Me imagino la desesperación de la mujer contando las veces que se tendría que lavar...
Ya sabes la próxima vez que te pongas tan internacional,guarda las babas del pichicho y navega por wikipedia.
No todos los musulmanes son como una amiga marroqui que tengo,que cuando viene a España come jamón del bueno,ya que ella dice: En Marruecos,dios del Marruecos decir no cerdo y yo decir no.En España dios de España bendecir a este pais con jamón y yo decir que la bendición es buena y escucho a este dios.Y sin ninguna culpa va por el mundo adoptando dioses y sabiduría.

Un besito

Anónimo dijo...

jajajajajaja... y todos los ja para este post, por demás esclarecedor. Cuando la vida me traiga a la mesa a un musulmán, ya sé qué recaudos tomar con mis perros. O aprenden a hablar y sentarse a la mesa sin apoyar los codos o... fuera picho, camine a la cucha!. Cosa que, seguramente, no sucederá teniendo en cuenta lo poco que conocen del mundo musulmán. Besos importantes.

Elena dijo...

Está claro que cada cultura es un mundo, pero en este caso es una pena. Se pierden una de las relaciones más especiales que existen. Ni que decir tiene que me encantan los perros (y los gatos). Si me convierto al islam tendré que llevarme todo el día en el cuarto de baño.

Saludos

Hurricane dijo...

Ahora, es evidente que respeta su cultura a rajatabla. Ni un poquito de condescendencia con el anfitrión.
Saludos!

CAROLINA MENESES COLUMBIÉ dijo...

Qué gusto me da volver por aquí. Visítame, quiero presentarte a alguien.

Abrazos

Chiara Boston dijo...

Sole, hay dioses que uno da por hecho sin necesidad de Wikipedia. Pero se ve que no...que tu amiga es mucho más sabia y ya ha aprendido la necesidad de cambiar de camiseta deística cuando la necesidad lo pide. Besos para vos.

Martita, la cucha a la que pensás mandar a tus perros cuando no aprendan a sentarse sin apoyar los codos tiene doble colchón para problemas de columna caninos. O te crees que los voladitos y los tules son todo lo que necesita una "rata" de occidente para estar bien??. Ojito, la Drooker, eh??? Besos aun más importantes.

Elena, tú lo has dicho: lo que se pierden ellos!!! Una razón más para no convertirme al Islam y seguir caminando libre de todo dogma por el camino de la vida, que ya tiene suficientes restricciones como para agragarle más. Un beso.

Hurricane, más que respeto por la cultura, es el asco que le produce comer junto al animal. Entre nos: no te pasaría lo mismo si tuvieras que cenar junto a una rata malcriada???

Carolina, ojo con presentarlo tanto que el harem no te entrará en la casa!! Y gusto tu regreso.

Ana dijo...

Muy apasionante lo de la diversidad cultural, pero lo puede meter a uno en cada lío! Besos

Anónimo dijo...

Si, si que se rían toods, pero eso que siente la señora es lo mismo que siento yo cada vez que voy a la casa de mi amiga marisol y su diminutísimo perro blanco me lame, me mordisquea. Y lo peor es que yo no hablo Libanés!!!

Vico dijo...

jajajaja Laura, ta de mas el post!
Y estas cosas pueden pasarte solamente a vos! jajaja

definitivamente como la Fallaci me ha reafirmado mi gusto por haber nacido en esta parte del mundo, cualquier debilidad que haya tenido antes de leerla a ella, se ha esfumado a la mierda!

Para mi la saliva de mi gato es sagrada! fijate vos...curativa por ejemplo, cuando me besa por las mananas yo me siento bendecida y cualquier dolorsito que haya tenido el dia anterior, se me va al carajo. Pero claro, mi religion es diferente...

aclaro, no soy zoofilica, pero a mi Theo se le dice HE en lugar de It...y no se le llama gato sino THEO...divino tu perrito!...un abrazote para vos y los tuyos...

fiorella dijo...

Un verdadero choque de culturas,no?jajajaja,con lo que me gustan los perros.UN beso

Gonzalo Villar Bordones dijo...

me gusta pasar por tu espacio, por tu mirada, por tus afectos.

Elena Casero dijo...

Jo, menudo lío. Si que es cierto que te puedes ver en un problema con esto de la diversidad cultural.
Pero está muy bien escrito, como siempre Laurita.

Un beso desde acá para allá

fractal dijo...

Y mira que la buena mujer resulta casi hilarante con tanta jajajaja jijijij y jalalà

Pobre Macchi, tan lindo él.
En fin, te mando un besote con lengua de una rata española llamada Tana. Apa.

Cuídate y cuidame, un poquito más, maldita.

Anónimo dijo...

Que perrito pedorro y feo el de la foto, da asco