En mi post anterior incluí una frase que había escuchado y que me pareció interesante para ilustrar cómo las verdades y los sentimientos sólo se comprenden cuando se viven. "Yo no sé adónde te aprieta el zapato. Ergo, debo abstenerme de hablar".
Ahora bien, esto desencadenó el tema de cumplir 40 años, trágico hecho que me ocurrió hace exactamente once meses y un día. ¡Y ahora sí que puedo hablar!
No voy a negar que el numerito 40 asusta, ya sea por la mala prensa que recibe (alias condicionamiento social) o por la realidad que devuelve el espejo. Cumplir 40, querida gente, es cruzar un puente. Un puente entre la percepción inmortal y la percepción mortal de la existencia. Es darse cuenta que la vida es finita, que lo que hay es lo que hay y lo que no hay, probablemente no venga si no lo buscamos ya. Es un dejar de pensar que fulanito tiene éxito porque es mayor que yo. Un descubrir que el dentista, el abogado y el profesional que nos ayuda han nacido tres, cuatro, ocho y hasta diez años después que nosotros. ¡Es ser un cuarentón!
Los cuarenta son la primera bofetada de la muerte. La muerte que, como final de la montaña rusa, ya se empieza a vislumbrar. Hasta ahora fue todo subida, emoción, camino por recorrer. El ruido de los engranajes que prometían una vuelta sinfín. La escalofriante excitación de no conocer lo que vendría, de adivinarlo, de aprenderlo.
De repente, en uno de los giros, uno abre los ojos y ve que, adelante y no tan lejos, alguien espera para bajarnos y, allí atrás, alguien espera para subir. La vida seguirá, con o sin nosotros.
Con suerte, los 40 son la mitad de la vuelta. Sabemos de qué se trata el juego. Eso es lo bueno y eso es lo malo. No hay tanta sorpresa, no hay tanto miedo, no hay tanto sacudón. Pero hay un final en el horizonte.
Y reconocerlo, es un gran susto, una gran pena, una gran alivio, una gran responsabilidad. Todo junto.... y mezclado con un cuerpo que nos empieza a quitar aquello de los que nos creíamos eternamente dueños (la tersura de la piel, la firmeza de la carne, la agudeza de la vista...y no sigo porque me deprimo) .
¿Se entiende la crisis?
PD: No es el tiempo un concepto perverso, por avanzar mucho más rápido de lo que la cabeza nos permite procesar? Se trata de un condicionamiento social, que no guarda mucha relación con la evolución real de un ser humano? En fin, tema para otro post.
7 comentarios:
Lau, justo en un dia como hoy!!! en verdad, cielo gris, alma gris, futuro gris??? no seguramente, mañana salga de nuevo el sol, y tambien venga el Sr de la Sortija, y podamos dar, aunque sea, media vuelta mas!!!
besos
uhh...
suerte en la segunda vuelta!
;)
ay! me dolio algo...
Cuarenta y pico, chin! Coincido con usted. Algo me corre de atras e igual me tomo mi tiempo. Porque la paciencia tampoco es mi mejor virtud pero debo decir, que a los 43, recien cumplidos soy mas paciente que a los 23.
Y muchas cosas mas, sip, me gusta mi edad. Ya puedo decirlo. Exito? ese para algunas quiza no lo tenga pero para mi, todos los dias lo alcanzo. Relativo vio?
besitos...
derritiendome de calor en medio del infierno, o sea Los Angeles.
Para decirlo sintéticamente yo soy más feliz a los 41 de lo que lo era a los 20. Y no es que lo me alegre estar más floja y arrugada, pero pude aprender a vivir mejor en todos estos años y eso si que me hace feliz
Besitos de una cuarentona a otra (siempre podés pensar que hay gente mayor como yo ;-)
ay! me llegó hasta el alma el asunto, ya que cumpli 40 el año pasado y me cayó pesado, pero muy pesado. Me venía cayendo mal desde el fin de los 38 y ahora, ya con 41, recién empiezo a acostumbrarme a la idea. Pero me tiene mal...he buscado de todo, incluido el mundo bloggero para tratar de que se me pase un poco... con poco éxito.
Mati, debería sacarle el tono de sentencia a mi post...eh? Eso de "es esto, es aquello" queda muy dictatorial. Es obvio que no todos sentimos lo mismo...
Bueno, lloro con Ana entonces... Ana, somos del mismo año. Yo estoy a punto de estrenar los 41 (aunque mi post parecía indicar una flamante cuarentena). A mí tb me resultó dificil digerir el tema... pero como dice liter, los cuarenta son buenos para escribir. Pondremos las arrugas en letras!! Pero letras sin arrugas, claro!
Saludos a todas!
Lau, yo sentí la crisis cuando cumplí los 41. Ahí me embarqué en una cantidad de proyectos que había dejado colgados años antes , algunos los concreté y otros me dí cuenta de que ya no tenían sentido.
Mañana cumplo 48 y te puedo decir que me siento más felíz que a los 40 , con más sabiduría y sin que los años me pesen, al contrario disfruto de lo vivido y de lo que vendrá. Pero no te voy a negar que la crisis hay que pasarla...., que te sea leve !
besos
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