18.9.07

LA ECUACIÓN DE LOS LÍMITES

En general, es mejor:

un niñito disgustado y un padre complacido
(¡Basta de chocolate!)

Que:

un niñito complacido y un padre disgustado
(¿Otro chocolate más? Te va a doler la panza. ¡Nunca me haces caso!)






25 comentarios:

Elena Bravo "Elena de San Telmo" dijo...

Así se empieza a leer las limitaciones y los atajos,o sea el lugarcito donde cada padre recuerda en su hijo su propia niñez.

Alicia R. dijo...

Lo que sucede es que "un niñito disgustado y un padre complacido" puede invertirse vía llanto, enojo, o psicopateadas varias según la edad. O sea que no siempre es una fórmula estable, porque el disgusto infantil tiende a repartirse al universo más próximo. Besos.

Vico dijo...

jeje ta loco tu post...

fractal dijo...

¿Ecuación dice? Vaya sorpresa.

El no a tiempo posibilitaría un padre y un hijo complacidos...

Elena Casero dijo...

Mejor la primera opción. Los niños olvidan los contratiempos facilmente. Y también se acostumbran a las facilidades con demasiada rapidez.

Chiara Boston dijo...

Elena, donde la recuerda e intenta modificar patrones...

Alicia, cuando digo niño disgustado, incluyo todas las consecuencias. Cuando digo padre complacido, me refiero a la capacidad de haber puesto un límite. Lo demás, nos queda para la anécdota, el diván o el café con las mamás de la escuela. Besos

Charru, loco, loco...como el oficio de ser padre...

Frac, "posibilitaría"...todo dicho a futuro y con signos de pregunta. Pero bueno, siempre existen las psicoterapias para enmendar las cuentas que nos salieron mal!!!!

Escriptorum, tanto se acostumbran a las facilidades, que luego no esperan otra cosa del mundo que los rodea.

SUPONGO QUE AL DECIR LÍMITE, HABLAMOS DE LÍMITES RAZONABLES. AHORA BIEN...QUÉ ES LO RAZONABLE??? Ufff...dejémoslo aquí

Hurricane dijo...

Ecuación complicada si las hay, cotidianamente se le agregan incógnitas.

Anónimo dijo...

jajajaja, muy lindo el blog, voy a seguir chusmendo...

Anónimo dijo...

Los límites son necesarios,de hecho muchas veces los niños,con diferentes actitudes,los reclaman a gritos.
Los no sensatos,nos enseñan a valorar los si que la vida nos regala

TICTAC dijo...

:-))

cada limite a su ecuacion...me temo que en mi caso es un niñito complacido y una madre complacida, ambos somos chocoholicos y nisiquiera nos duele la panza...ya se' iremos ambos a la psicoterapia y de repente nos hacen tambien un descuento...

yo con la matematica no me llevo bien, no tendrias otra pregunta mas facil?....yo practico una matematica mas...artesanal.

;-))

un abrazo!!

fiorella dijo...

Cuesta màs lo primero,pero es mejor que lo segundo,sin duda alguna.Un beso

BETTINA dijo...

Es difícil a veces, sobre todo cuando el impedir que se chocolate produce la fatídica rabieta, pero es la única forma de poner límites. Si no lo hacemos desde pequeños, podemos llegar a ser incluso víctimas de "los pequeños dictadores".Suele ocurrir mucho en España.

Claudia Castora dijo...

Complicado, complicado...pero apoyo tu moción aún más después de haber criado (según yo muy bien) a un par de bandoleros que continuamente buscan caminar sobre las rayas limitrofes.

Besos enormes amiga mía...hermosso comentario me has dejado.

c dijo...

feliz primavera!

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

¿y si el padre se come el chocolate para que no le caiga mal al hijo, y luego tiene que ir al dentista, y tiene que comprarse pantalones de dos tallas más?
¿Qué ejemplo le estaría dando al hijo? Mejor no comprar chocolate, sólo verdura y fruta, esta última, si puede ser, bañada ligeramente en chocolate. Es que está tan bueno. Con respecto al chocolate, reconozco que sería un mal padre. Un saludo y espero que puedas visitarme.

Ana dijo...

Ay, ay! que largo camino el de los límites, y como cansa! Los que tenemos que comer el chocolate somos los que tenemos que poner límites, para endulzar un poco la vida. Cariños

F dijo...

hasta la complacencia debería ser compartida...

Curioso blog, grata sorpresa toparme con él.

Salu2

Quimera
http://quimeralidad.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Es así, de acuerdo. Porque los niños diluyen su disgusto. A los adultos nos hace metástasis.

Vico dijo...

lauraaaaaaaaaaaaaaaaaaa donde miercoles te metes!!!??????

Gonzalo Villar Bordones dijo...

voy llegando a Palermo.

Besitos.

Blog de alma dijo...

Y lo curioso es que dentro de cada padre hay un niño ;))

Susymon dijo...

Como mamá de 5 (mama y papa porque soy viuda) ya te puedo decir que cuando los limites se establecen ya no hay disgusto...estan asumidos...siempre surgen nuvos desafios para tentar a los limites (salidas, fiestas, amigos...según la edad) pero se pueden superar.Besos sureños!!!

Elena dijo...

Sólo quería saludarte y decirte que echamos de menos tus entradas, Laura. ¡Vuelve!

Un abrazo

OLEASTRUM dijo...

Laura,
El caracter se forma de pequeños, mi madre siempre decia: es mejor reñir cuando aun estan aprendiendo.

Yo estuve entre parentesis bloguero durante todo el verano, ahora regrese echando de menos tus entradas!

Besos desde el sur querida amiga,
Meli

Chiara Boston dijo...

Gracias a todos por la paciencia...
Se me dio por callar para escuchar otros ruidos...

Laura