25.8.06

Echando luz

La otra rama

Sos la otra rama,
la que está allí,
luchando contra el viento y la aridez.

No me mires con desprecio
ni critiques la forma en que doy vida.

El tronco nos pasó su savia, bien o mal,
pero aquí estamos,
elevándonos al cielo,
con dolor, tonta esperanza
y una sonrisa arrogante y satisfecha.

Al mirarte,
veo el retoño que asomaba regordete y enrulado.
Veo tus primeros pecíolos, la vacilación de tus meneos
y el gozo frente al pájaro que se te revelaba.
Veo tus fracturas, tus inviernos, tus primaveras.
Y recuerdo las canciones compartidas
para paliar la amargura que venía desde abajo.

Sos la otra rama,
la que comparte mi raíz y la comprende.
La que hoy se retuerce hacia lo lejano para no verme.
La que se esconde, la que no llega, la que me niega.

Sos la otra rama.
Sos mi hermano.

(Para todos los que se tomaron la molestia de leer y comentar mi encriptado texto anterior, les dejo esto que escribí en paralelo, y que transmite lo mismo en otras palabras. La poesía no es mi fuerte; por eso me abstengo de sumergirme en sus aguas. Pero salió así.)

4 comentarios:

Vade Retro dijo...

UFFF que poesía más pura, abrupta. Arrancada del pecho, ese pecho doliente. Cuantos sentimientos agolpados al paso pronto de las palabras. Sencillamente hermoso. Un beso.

Ana dijo...

Ambas versiones me gustaron mucho. Suerte que a veces los nuevos brotes hacen milagros acercando las primitivas ramas.

Anónimo dijo...

Debo admitir que estaba desencaminado en el post anterior, pero también que en tu caso, la poesía no se parece nada a un fuerte, diría más bien a un oasis.

Chiara Boston dijo...

uff...me sonrojo.

Gracias a todos! Estuve a punto de tirar esto a la basura.

Ana, concuerdo con vos. Eso es lo que sucede con los árboles sanos. En este caso, los brotes alejaron. Celos que le llaman...